CONDUCTA

Dueños de perros: amarlos tanto como ellos os quieren a vosotros, pero pensar también en los demás: no dejéis que ensucien las calles, no sólo por la suciedad que implica sino también porque pone en peligro la salud de otras personas; no los llevéis sueltos porque pueden producir daños o molestias a otros; no deis por sentado que a todo el mundo le gusta que se le acerque vuestro perro, incluso aunque estáis en vuestra propia casa; no digáis tan alegremente "tranquilo, si no hace nada" porque la reacción de un perro es, como está más que demostrado, imprevisible; no dejéis que beban del caño de una fuente pública, donde también puede poner su boca un niño, etc... En definitiva, no olvidéis que aunque a vosotros os enloquecen, a mucha gente los perros les producen miedo, asco o repugnancia, porque por muy listos y nobles que sean (que seguro que lo son) no dejan de ser animales que pueden producir daños y molestias o transmitir enfermedades.

Conclusión: Respetar a los demás.